Pinto de colores pasados el recuerdo. Aquel abrigo marrón de mamá donde guardaba mi mano agarrada de sus pétalos, o la bolsa morada de la compra que ella cogía de un asa y yo de otra. Sus ojos marrones claros -claritos, que decía de pequeño-, el pelo cahoba, los labios pintados, la sonrisa de mamá, el jersey rojo que me hizo la abuela, y aquel chandal verde que compramos arriba, en el mercado.
Por fin empiezo a pintar el arco-iris de recuerdos. He dado un paso más allá, he salido del útero para regresar cuando quiera, pero sobre todo para darle color a la memoria. Ahora, un poco de amarillo y verde.
jueves, 17 de enero de 2008
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2 comentarios:
Muy bonito tio a mi me encanta ver el arco iris,y los colores vivos como el amarillo, el azul, y sobre todo el verde.Un saludo poeta.
Coincido en lo bonito del texto. Es una suerte conservar una gama tan amplia de colores en la memoria. De colores tan vivos.
Me encanta seguir paseándome por aquí, aunque no siempre encuentre las palabras idóneas para dejar un comentario.
Más saludos.
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