Fue su última apuesta.
Todo estaba preparado, la mesa de póquer, redonda, con el tapete verde, una lámpara sobre la mesa, al fondo, en una esquina de ese sótano una vieja televisión en blanco, un combate de boxeo, quizá repetido entre Mike Holifield y el potro de Chamberí. El whisky que no falte por supuesto, el tabaco, cada uno lo trae de su casa.
Fue, su última apuesta.
LLegó tarde. Su Renault 5 le falló en la rotonda de Cibeles. Sin más dilación, se bajó escrupulosamente de su vehículo y cogió el Metro en Banco de España. Muy a su pesar tuvo que gastarse un Euro en el billete, un euro del que tenía reservado para aquella partida de tahúres... Con soberana elegancia, sacó un cigarrillo del bolsillo de su chaqueta y le prendió fuego. Alguien, a su lado, le espetó:
-Por favor, ¿puede apagar el cigarrillo? Resulta un poco molesto el humo.
-Y a mi me jode tener que escuchar esa estúpida música en tu mierda de móvil.- y acto seguido, con una elegante sobriedad, pidió prestado el móvil de esa persona y apagó el cigarrillo en la batería del teléfono. Adiós muy buenas, esta es mi parada.
Fue, su última apuesta.
La partida empezó muy bien para él. Las diez primeras manos las había ganado sin utilizar el As que llevaba en la manga. Guardaba otro en los calzoncillos por si el de la manga le fallaba. Aunque en esta partida, no le iba a resultar posible utilizar esos dos ases. La baraja de esta partida tenia la peculiaridad que en su cara, tenía dibujados los personajes de Walt Disney. Pero la cosa empezó a ir mal. Sudaba como un gorrino, la música de Ricky Martin le ponía nervioso, por eso es por lo que lanzó efusivamente su petaca de whisky al aparato de música. Pero aún así, las cosas no mejoraro.
Fue su última apuesta.
Que sepáis, que desde mañana, un casino de las Vegas, va a llevar mi nombre.
Fue su última apuesta. Se jugó la vida y la perdió. Lamentablemente, ningún casino de las Vegas lleva su nombre. El único recuerdo que queda de él, es su Renault 5, en medio de la plaza Cibeles.
Desapareció con su última apuesta.
jueves, 4 de septiembre de 2008
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