martes, 4 de septiembre de 2007

Mi ausencia #8

9 Agosto

Esta mañana, al amanecer, he visto vagar a Ulises por el Mediterráneo con los ojos rojos y los labios cortados por el salitre, y ha sido entonces cuando he descubierto que el Mediterráneo es la metáfora del eterno regreso, descubro que es un niño pequeño, que juega, que disfruta, que constantemente descubre desde la ingenuidad.
Es un niño que hace travesuras desde la ingenuidad, transformándose en ocasiones en una fiera atormentada, defendiéndose violentamente, con miedo. Pero todo lo hace desde la ingenuidad y es entonces cuando la acción llega a su máximo.
Sucede que el niño es ingenuo, y todo lo hace con empeño, con ilusión, sin saber qué es eso exactamente, (es por eso que siempre quiero ser niño, para no saber qué es la ilusión). El niño, hace todo de corazón, y rompe los juguetes para buscarles el alma, juega con insectos, sin temor a picaduras, los mima unas veces, otras los tortura sin darse cuenta. Niño/mar. Mar/niño.

No conozco exactamente el mar, sin embargo añoro el alma marinera de los griegos, de los romanos, de los chinos que conocieron el nuevo mundo, de los marinos españoles, que navegaron y lucharon en mil batallas, añoro la vela, los mástiles, el casco de los barcos y quizá, cuando vuelva a Madrid, busque en algún lugar el aroma a salitre del mar.

No pude, o no quise embarcarme con Ulises en su eterno viaje.

Vuela en la memoria esa frase de Umbral, "un domingo se vacía como un mar deshauciado", como un niño sin juguetes, como Ulises sin patria, como un hombre sin saber crear ilusiones, como mi cabeza cuando se olvida de todo y deja de pensar en tí. Como un mar sin peces, como un cielo sin estrellas..., no existirían los marineros, no sabríamos lo que es la ingenuidad, lo que es ser niño.

1 comentario:

Judit dijo...

Vuela, escapa, no mires hacia atrás...
Me encanta:D