viernes, 29 de junio de 2007

Diálogos de café y otros lugares (II)

Para Gemma
-¿Por qué escribes?
-No lo sé, la verdad.
-¿Buscas algo cuando escribes?
-Busco la forma, las palabras. Sucede que me interesa más la forma que el fondo. Aquello que se cuente me resulta secundario.
-Curioso.
-Raro, diría yo. La gente ya no se interesa por el idioma.
-Eso me pasa a mí cuando escribo. Soy muy directa, no busco sinónimos ni nada. Digo las cosas como son.
-Eso hay que saber hacerlo.
-No es muy difícil.
-Tienes que conocer tu idioma.
-Tal vez, pero lo que haces tú, tu forma de escribir, debe de ser más complicada.
-Como todo. Cuando te acostumbras a una forma, o a un tipo de rutina, la cabeza funciona sola.
-Supongo. Pero, ¿por qué escribes?
-Lo mismo te pregunto.
-Para desahogarme.
-Alguien dijo que el dibujo es el alma de la pintura. Tal vez yo escriba para buscar el alma de la escritura, que quizá sea mi alma.
-Escribes para encontrate.
-O para encontrar a los demás.

miércoles, 27 de junio de 2007

Cantos de mi alma

Entona mi alma el grito de la belleza, y lloro. Me gustan tus labios, porque no se disfrazan, me atrae tu boca por los mares de otoño, por tus silencios placenteros, porque un poco más adentro me construí una casa para seguir imaginándome tu aliento. En tu traquea vivo, y en el hueco de tus gametos quisiera morir. Me gustan tus ojos por sus lágrimas quebradas, que duran lo que dura tu mirada. Sólo te pido que de vez en cuando pestañees para asi tener que recogerlas y guardarme alguna en el bolsillo, aunque te darías cuenta, pero estoy seguro que no me la reclamarás. Sólo una lágrima, y yo, te regalaré la que me pinto cuando me disfrazo de payaso. Entona mi alma el susurro de lo sublime, y me miro desnudo en el espejo, descubriendo tu alma grabada en mis córneas. Quizá sea la lágrima que te robé.

miércoles, 20 de junio de 2007

El payaso

Lamento tu ausencia cuando en el espejo del lavabo me pinto la cara de payaso y me pongo el bombín como aquel que lucía Chaplin. Lamento tu ausencia, cuando vestido de un elegante y triste payaso, me siento a escribir o a recitar los miedos, la flaquezas, las debilidades de mi ser cuando en tardes anómalas, de ánimas suicidadas, me da por vestirme de payaso, de clown en blanco y negro, con traje y bombín, con elogios y tormentos, con ilusiones y sueños. Es entonces cuando empiezo a sacarme palabras de los bolsillos, verbos, es entonces cuando el payaso sufre, porque el payaso no siempre hace reír, es una especie débil, un sentimentaloide, alguien que sufre, que vive como si fuera un alma, que regala sonrisas a cambio de lágrimas. El payaso, el payaso. Clown, lo llaman los ingleses, clown, que suena más serio. Pero a mí, me da igual que me llamen payaso, o clown, porque a fin de cuentas no saben bajo qué carpa actuo, que espectáculo realizo, no apto para niños. Cuando un payaso se pinta las lágrimas negras sobre la cara pintada de blanco, es porque no puede llorar, y tiene miedo de que esas lágrimas le ahoguen por dentro, y tiembla, pues el payaso que se mira en el espejo del lavabo, perfectamente pintado, se encuentra más cerca del alma que el poeta vomitando versos, o el escritor creando páginas. Y cuando llega el momento de quitarse la pintura de la cara, de guardar el bombín para otra tarde, de quitarse el traje, es cuando yo descubro que mi alma es un payaso que sufre por tu ausencia queriendo arrojar golondrinas a tus pies.

(Ya no sé si soy yo o mi alma)

jueves, 14 de junio de 2007

¡Circo, cabaret, sentimientos...!

Siempre he querido tener un bombín inglés. El día que lo tenga me pintaré la cara como uno de esos viejos payasos, me pintaré la cara de blanco, con una sonrisa negra y la punta de la nariz, del mismo color. Y después, vestido elegantemente, saldré a la carpa, a la mesa que estará situada en medio de la carpa, y me pondré a escribir en esa vieja Hispano Olivetti que siempre quise tener. Y estaremos solos, la máquina y yo, sin público, sin domadores, sin funambulistas, sin más payasos cómicos... . Pensaré en escribir algo circense, cabaretero, putero, bohemio..., pensaré en escribir sobre mis sentimientos mientras tú serás la única trapecista de la función, mientras mi corazón invente los malabarismos que hagas y yo, con mi máquina, interprete anatomías ocultas de tu cuerpo.



¡Circo, cabaret, sentimientos...!

¡Paaasen y veaan!

martes, 12 de junio de 2007

Apuntes

En una pequeña libreta, apunto frases o pasajes cuando temo que a la mañana siguiente se me vayan a olvidar... normalmente mi libreta es mi cabeza, pero estas frases me gusta guardarlas escritas en un papel:

El sudario de mi corazón, es el papel de plata donde envuelvo cada una de las lonchas en que lo partiste.

Encañonas mi alma con tu corazón y yo tu sexo con el mío.

Quiero besar las ingles de tus sentimientos porque de tanto inventarme tu aliento me he hecho una casa en tu traquea.

Tiene lágrimas quebradas en sus pupilas, mares de otoños en su boca, silencios que son placeres...

martes, 5 de junio de 2007

Diálogos de café y otros lugares (I)

-Tan valiente para unas cosas y tan cobarde para otras.
-¿Cómo?
-Sí, que vas por ahí presumiendo de tus responsabilidades y de tu cargo y no eres capaz de decirme a la cara por qué me negaste la palabra.
-Te recomiendo que hagas autocrítica, que analices lo que hiciste en su momento.
-No empieces a hablar así por favor, sabes que no te entiendo cuando hablas de esa manera tan retorcida, tan literaria, tan de escritor que intentas ser.
-Lo que quiero decir es que las acciones tienen más valor que las palabras. Las palabras sólo valen en el papel.
-No te entiendo. Sólo te pido que me des una explicación.
-Quizá la explicación te la tenga que pedir yo a tí, por lo que hiciste esa noche.
-No estamos hablando de mí, estamos hablando de por qué me echaste de tu vida.
-Te repito lo que te acabo de decir, haz autocrítica, analiza lo que pasó.
-Sólo te estoy pidiendo que te despidas al menos, que me digas adiós. ¿Por qué no me lo dijiste en su momento? Eres un cobarde.
-Porque yo soy así, para mí las palabras sólo valen en los papeles. En los papeles y en esas personas que aprecio. En la vida, lo que más vale son las acciones. Tú llevaste una acabo que me jodió mucho la vida. Y yo, soy capaz de despedirme de la gente sin decir adiós.
-Ah ¿sí?, no te creo.

(Se levantó y se marchó. Previamente había pagado la consumición.)

viernes, 1 de junio de 2007

Siento

Siento el temblor de córnea de una mariposa. Siento el galopar de un escarabajo en alguna parte del mundo, el rugir de una ola en un charco de la calle. Siento la ingravidez de la luna en la persiana, la rotación de la sangre en mi cuerpo. Siento el dolor del viento al cortarse con las hojas y otoños tempranos en tu pelo. Siento veranos infernales en tus labios, primaveras dulces en tus pechos, inviernos hermosos en tus ojos.

Siento aquella extraña sensación de paredes rosas o blancas, atrapado dulcemente en el vientre de mi madre, encerrado con mimo, balanceado en una enorme redondez, en una preñez que parecía la cabeza de un pez (siento el agua del mar en las escamas de un pez). Siento aquella extraña sensación del útero de mi madre.